Brasil superó ya hace días la marca de 4.000 muertes diarias relacionadas con el coronavirus. A los desafíos sanitarios agravados por nuevas cepas de virus, se añade una crisis política por la cuestionada gestión del gobierno y una crisis social. Las instituciones brasileñas como el Senado ya han dado el primer paso, investigar al presidente Bolsonaro y, posiblemente, responsabilizarlo del exceso de daños provocados por la pandemia.